Posted by : El día del Espectador septiembre 26, 2013

@MARCOBARADA y HUGO MUGNAI


            All bad things must come to an end. Breaking Bad toca a su fin tras cinco trepidantes temporadas. El final de Walter White es irrevocable y la tensión no podría ser mayor. Nos encontramos en el momento clave de una de las series más veneradas de los últimos años (quizá la que más) y con tan solo un capítulo por delante. Hagamos balance de cómo hemos llegado hasta aquí.

La muerte de Hank ha sacudido los cimientos de BrBa.
        La caída en desgracia de Walt se ha precipitado en los últimos capítulos, dejándonos algunos de los momentos más poderosos de toda la serie, como cuando Hank descubre quién es W.W., lo que acelera de forma explosiva los acontecimientos. Vince Gilligan nos ha entregado duelos memorables entre Hank y Walt (como ese encuentro en el garaje) y situaciones extremas marca de la casa (como el tiroteo en To’hajilee). Pero si ha habido un capítulo que marcará para siempre ese es el 5x14 (Ozymandias). Dirigidos por Rian Johnson (Looper), esos 47 minutos condensan todos los acontecimientos que se han evitado durante cinco temporadas: Hank muere, Jesse es torturado y esclavizado y Walt rompe definitivamente con su familia. Ostentando un 10 como una casa en IMDB, Ozymandias es el episodio más destructor en términos emocionales, se suceden tantos acontecimientos y tan intensos que uno termina de verlo con una mezcla de odio, tristeza, abatimiento e impaciencia. Breaking Bad consigue que nuestra implicación sea tal que sus personajes nos importan tanto como personas reales.

            
Si algo tiene de especial Breaking Bad es la increíble evolución de sus héroes, una de las claves de la serie. Y es que si Walter White es un gigante televisivo, sus secundarios no hacen sino mejorar la serie, convirtiéndola en lo que estamos seguros será un referente televisivo durante muchos años.

Hank ha ganado mucho protagonismo.
Probablemente el personaje del que más se ha hablado durante esta última temporada (considerando parte de la temporada los capítulos emitidos hace un año) es Hank Schrader. El cuñado de Walt y agente de la DEA ha pasado de un segundo plano en las primeras temporadas -siendo incluso tratado de básico y poco avispado dada su incómoda situación- a ser un personaje clave, probablemente desde el momento en que fijó al filántropo empresario Gus Fring en su punto de mira. A partir de ese momento muchas cosas han pasado, pero tal vez la más importante sea la conversión de Hank en el antagonista directo de Walt (5x08 Gliding over all) cuando, sentado en la taza del váter, una dedicatoria en un libro le hace enfrentarse a la dolorosa –y a la vez lógica- verdad: Heisenberg no es ni más ni menos que su cuñado, Walter White, W.W.

A partir de ahí Hank se convierte en un personaje muy agresivo, tras atacar cara a cara a Walt consigue hacerse con un Jesse depresivo y sacarle una confesión que podría sentarlo en el banquillo. Ya sólo tiene que detenerlo él mismo. Cuando el plan para ello parece funcionar como la seda y Hank y Gómez tienen atrapado a Heisenberg -que ya se ha dado por vencido-, Jack y sus neonazis hacen aparición dando al traste con todo. En uno de los momentos más emocionales y emocionantes de la serie, Jack secuestra a Jesse, roba prácticamente el botín completo de Walt y acaba con Hank.

Skyler por fin se rebela contra Walt.
         Posiblemente Skyler White sea el personaje que más polémica ha provocado a lo largo de la temporada. Si bien hasta ahora se la había criticado por su pasividad y victimismo con respecto a los negocios de su marido, e incluso por suponer el mayor de los obstáculos en varias ocasiones, nadie puede negar que Skyler ha tomado las riendas de su vida y la de sus hijos. Ya no colabora blanqueando dinero ni finge poéticos intentos de suicidio durante las cenas familiares; en el capítulo 5x14 (Ozymandias) hemos podido ver como se ha enfrentado directamente a Walt, cara a cara, llegando incluso a atacarlo con un cuchillo. Skyler ha conseguido huir de la alargada sombra de Heisenberg.


Jesse ha tenido momentos mucho mejores.
Pero si alguien ha salido mal parado de estos últimos capítulos, ese es Jesse Pinkman. Tras alejarse de Walt y sus negocios Jesse se halla totalmente perdido, sumido en la culpa por sus actos. Tuvo varias ocasiones para salir de ahí; la desintoxicación, Jane, Andrea…pero todo eso ha quedado atrás, Jesse ha vuelto a consumir, Jane murió y él dejó a Andrea. Cuando lo detienen tras dedicarse a lanzar su dinero sucio por la ciudad, cae en manos de Hank, que logra ponerlo de su lado, sacarle una confesión y usarlo como cebo para atrapar a su cuñado. Pero la jugada del desierto sale mal y Jesse acaba convertido en un pedazo de carne, en un zombie con la cara destrozada por los golpes que para colmo de males está obligado a cocinar metanfetaminas de nuevo. Parece que ya no queda esperanza para él, especialmente desde su frustrada huida de la jaula en el 5x15, que además supone la ejecución de Andrea, su última luz al final del túnel.

La decadencia de Walt es tanto moral como física.
     Y por último tenemos a nuestro protagonista, nuestro antihéroe en decadencia. Walter inicia la temporada en una situación crítica, y es que después de enfrentarse a Hank, Jesse termina por convertirse en una herramienta en su contra. Aunque Walt se niega a aceptar lo inevitable todo parece apuntar a lo mismo: debe matar a Jesse. La ruptura es brutal y absoluta. Con la traición de Jack y compañía, la muerte de Hank, la pérdida de su dinero y el secuestro de Jesse su imperio queda reducido a cenizas.  Pero Walt no se queda ahí, sino que termina por enfrentarse a su familia, rompiendo también con Skyler y Walter Jr. e incluso secuestrando a Holly. Walter White es apenas un espectro del pasado y Heisenberg una mera sombra, un leve rumor. Porque como sabemos desde hace unos capítulos, el cáncer ha vuelto y esta vez para quedarse. Probablemente decadencia sea la palabra más acertada para definir la situación del que fuera el mejor cocinero de metanfetaminas de la televisión. Decadencia espiritual, decadencia moral...y decadencia física. Especialmente en la escena en la que vemos como a Walt se le cae el anillo por su delgadez (5x15).

¿Conseguirá el sanguinario Walt redimirse?
Ahora bien, tras ver como la serie se supera a sí misma temporada tras temporada, el próximo capítulo (5x16 Felina) será la guinda que corone el pastel. Viendo la trayectoria de los personajes, nos atrevemos a lanzar una teoría sobre como será el final. En primer lugar, Walt necesita una redención como personaje y aunque su maldad ha llegado a límites insospechados queremos creer que aún conserva algo de bondad. Por eso es más que probable que utilice la ametralladora que le vimos comprar en un flashforward para recuperar el dinero que le robaron Jack y su banda. De esta forma podría reconciliarse con Jesse (tras descubrir que sigue vivo), el cual tendría oportunidad de matar a su torturador, Todd. Así, Walt podría entregar el dinero a su familia (si esta lo aceptase). Pero las acciones de su álter ego Heisenberg le condenan y su muerte es algo irremediable, por lo tanto la pequeña cantidad de ricina que recupera de su casa no es para otro que para sí mismo. De este modo moriría en paz cerrando magistralmente la serie. Eso, o Walt consigue escapar y crearse una nueva identidad convirtiéndose en el padre de familia de la sitcom Malcolm in the Middle (pensad en ello).

            Realmente no se puede saber cómo acabará, pero de lo que estamos seguros es de que su final supondrá un antes y un después en la historia televisiva. Con todo esto, lo único que podemos hacer es desearos suerte y que disfrutéis al máximo del último (sí, último) capitulo de Breaking Bad.

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